Agustín de Hipona inició una nueva era de tradición autobiográfica con su obra “Confesiones”, en la que describió los detalles de su vida y predicó sobre él de manera propia e individual.
El hecho de que en los 100 años posteriores a la publicación de “Confesiones” se escribieran más obras autobiográficas que en cualquier otro siglo habla por sí solo de la influencia que tuvo esta obra. También Jean-Jacques Rousseau nombró a su autobiografía “Confesiones”.
Con su obra, Agustín expresó sus creencias cristianas. Los cimientos de este trabajo son sus disculpas y gracias a Dios.
Agustín cree que todo individuo que confiesa sus pecados puede convertirse de pecador mortal a la perfección que celebrará a Dios. La confesión y el arrepentimiento llevarán a cada pecador a Dios. Al final, todo pecador es humilde y sus palabras son palabras de gracia para su Dios.
Resumen
Las “Confesiones” cuentan la historia de una vida religiosa y se refieren a la oración y acción de gracias del hombre. La obra comienza con el llamado de Agustín a Dios, quien lo ayudaría a escribir sobre su propia vida.
El fundamento de las confesiones es su vida pasada sobre la que predica mientras agrega algunas opiniones sobre la posibilidad de una vida sin pecado.
La obra se divide en 13 libros.
El primer libro que Agustín dedicó a los primeros 15 años de su vida. Desde el primer libro podemos ver su dedicación a algunos autores clásicos como Virgilio.
El libro está escrito como una confesión. Agustín habla de sus pecados, incluso de los pequeños y sin importancia. También sintió la necesidad de disculparse por preferir jugar en lugar de estudiar.
Hizo un juicio severo de la literatura antigua porque la consideró inventada y una mala influencia en la juventud.
En el segundo libro describe su vida desde los 16 años. Descubrimos sus pasiones, pecados y una vida un poco escandalosa. También habla de sus estudios en Tagaste.
El tercer libro está dedicado a sus estudios en Cartago. Vemos la vida a través de su mirada de estudiante, sus aventuras, relaciones amorosas y su gran amor por el teatro.
Estaba estudiando a Cicerone en ese momento y se unió a los maniqueos, pero criticó esto en el libro.
El final del tercer libro habla del sueño de su madre. Soñó con su hijo volviéndose al cristianismo.
Su vida desde los 20 a los 29 años está cubierta en el cuarto libro. Incursionó en la retórica y todavía no ha pensado mucho en la conversión.
En los libros quinto, sexto y séptimo describe su vida en Roma y Milán. Estudió y escuchó al obispo Ambrosio, se acercó al cristianismo y decidió abandonar el maniqueísmo.
Estudiar la obra del apóstol Pablo acerca de los secretos de Cristo lo influenció mucho.
El octavo libro tuvo un significado especial para Agustín. Justo en la mitad del libro podemos leer todo acerca de su conversión al cristianismo. Una de las partes más importantes es cuando le dan un libro y una voz le dice que lo recoja y lo lea.
En el noveno libro describe la felicidad que sintió después de su conversión. También escribió sobre la muerte de su madre y su viaje a África.
El décimo libro describe su vida actual, el estado de su alma al momento de escribir. Mira la vida humana y la arrogancia, la sensibilidad y la curiosidad.
El citado libro cobró vida diez años después de su conversión en 397 en Hipona.
En los siglos XI, X y XIII Agustín deja de escribir sobre el pasado y se involucra con el tema de la eternidad.
El último libro termina en el mismo tono que el primero. Agustín llama a Dios para agradecerle su misericordia y bondad.
En todos los libros podemos encontrar las principales características que vemos en las autobiografías escritas después de este.
Estos son: la infancia de Agustín sin la noción de la fe, los pecados que cometió en su juventud, la lectura de las obras del paganismo, la caída de su espíritu, la reminiscencia de su vida anterior, la noción del paso del tiempo y el problema de la todo hombre religioso.
Agustín también habla de las cosas simbólicas que sucedieron durante su nacimiento y de la influencia de la pobreza en su vida y su relación con su madre y su bondad.
Agustín revela las razones que lo llevaron a escribir su obra y descubrimos que sus amigos se llevan la mayor parte del crédito por su escritura. Aún así, enfatizó que los motivos más importantes estaban dentro de él. Quería servir como modelo y quería describir las formas en que llegó a conocer la fe.
Comenzó a contar historias diez días después de su conversión. “Confesiones” es una obra retrospectiva porque habla en primera persona del singular y en ocasiones, sobre todo en libros posteriores, escribe sobre el presente.
La mayor parte del evento se cuenta desde su punto de vista actual.
La base de la narración es el llamado de tu alma a la salvación. Su narración también está marcada por la teología y la filosofía. Habla con Dios, da gracias y reza en sus monólogos. Al final, todo parece un diálogo entre un pecador y Dios.
Describió su vida porque quería que fuera un ejemplo para otros en el futuro. Creía que su vida era decisión de Dios y que Dios es el único que puede permitirle conocer la vida en su plenitud.
Su crecimiento intelectual también tuvo una gran influencia en su vida. Describió estudios intelectuales completamente opuestos que dividieron su vida en dos etapas. Los escritores antiguos lo llevaron al pecado mientras que la Biblia lo ayudó a conocer la verdadera fe.
análisis de personajes
Este trabajo es específico porque sabemos poco sobre cualquier otro personaje además de Agustín, quien es el escritor de su propia biografía. La obra es sobre él, su vida y su relación con Dios y su fe.
Agustín ocasionalmente menciona a personas que fueron significativas para su conversión y fe. Se menciona a su madre, Mónica, principalmente porque creía que un hombre podía ser perdonado.
Biografía de Aurelio Agostinho
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