Poe y King: cómo el gótico pasó de castillos embrujados a hoteles malditos (y sigue dándonos miedo)

Si pensabas que el gótico era solo gente pálida en castillos con velas, tormentas dramáticas y vestidos victorianos, ¡te falta calle literaria! El gótico es mucho más que eso: es una mezcla sabrosa de terror, misterio, lo sobrenatural y un poquito (o mucho) de “esto no va a acabar bien, ¿verdad?”.

Este viaje va desde las ruinas góticas de Poe hasta los hoteles malditos de Stephen King. Y sí, aunque los separen siglos, bigotes y cantidad de cafés consumidos al escribir, ambos comparten una obsesión preciosa por lo oscuro, lo inexplicable y lo que hace que te tapes con la manta aunque estés sudando.

📚 Poe y King: una historia de amor (por el terror)

La investigadora Karina Moraes Kurtz se lanzó a comparar cómo Edgar Allan Poe y Stephen King, dos leyendas del miedo bien hecho, usan el gótico para hablar de temas tan poco cómodos como la locura, la muerte, los espacios cerrados que parecen respirar y ese detallito llamado «¿y si esto no es real… pero tampoco lo puedo explicar?».

🏚️ La caída de la Casa Usher: cuando tu casa tiene más traumas que tú

Poe no se anda con rodeos. En La caída de la Casa Usher te mete en una mansión que está tan enferma como sus habitantes. Roderick Usher, con su sensibilidad extrema y su hermana que… bueno, ya verás, no necesita muchos adornos para ponerte los pelos de punta. Aquí la casa no es solo escenario: es un personaje, uno que respira, se agrieta y parece saber más de lo que cuenta. Todo es bruma, locura y esa sensación de que algo está mal… y va a ponerse peor.

🏨 1408: cuando reservar una habitación es un error fatal

Y luego tenemos a Stephen King, que se leyó a Poe, lo metió en la maleta y se lo llevó a un hotel con Wi-Fi. En 1408, King coge todos los elementos clásicos del gótico —aislamiento, espacio cerrado, pérdida de la razón— y les da un giro con su estilo irónico y muy siglo XXI. El protagonista es un tipo escéptico que se dedica a desmontar casos paranormales… hasta que entra a la habitación 1408. Spoiler: no sale igual. Aquí el terror no necesita monstruos; la habitación es el monstruo.

👻 ¿Qué los une? La tensión, la atmósfera, y el terror que no necesita gritos

Aunque Poe escribía con plumilla y King con teclado mecánico, hay algo que comparten: esa capacidad para construir ambientes que te dejan con un nudo en el estómago. Ambos convierten los espacios en cárceles mentales. En Usher, el terror viene de la decadencia, la enfermedad y la posibilidad de que todo esté en la mente. En 1408, el horror entra por lo racional: el protagonista sabe que lo que pasa no tiene sentido, pero tampoco puede negarlo.

🤹‍♂️ ¿Y en qué se diferencian? En el estilo, claro

Poe es puro drama gótico clásico: frases largas, palabras rebuscadas y una seriedad casi ritual. Leerlo es como pasear en carruaje por un cementerio al atardecer.

King, en cambio, es más de lanzarte en una montaña rusa con luces de neón y, en medio del susto, soltarte un chistecito incómodo. Usa tecnología, ironía y personajes muy actuales para hablar del mismo miedo esencial: perder el control de tu mente (o que nunca lo tuviste).

🧠 Conclusión: el gótico nunca pasa de moda

Lo que demuestra el análisis de Kurtz es que el gótico es el camaleón de la literatura: puede mutar, adaptarse, ponerse traje antiguo o jeans rotos, pero siempre vuelve. Porque el miedo a lo desconocido, a la locura y a lo que se esconde detrás de la puerta nunca se va.

Así que ya sabes: si alguna vez te preguntaste cómo unir a un escritor que vivía rodeado de velas con otro que escribe mientras suena rock clásico, la respuesta es el gótico. Y sí, ambos saben que el lugar más terrorífico del mundo es… tu propia mente.


Fuente del fangirleo bien argumentado:
Karina Moraes Kurtz, “Edgar Allan Poe and Stephen King: An Encounter Through the Gothic”, Revista de Letras, julio-diciembre 2020, Vol. 60, N.º 2.

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