Alice Munro, reina indiscutible del relato corto y Premio Nobel de Literatura, tiene esa extraña habilidad de agarrarte del corazón con una historia de diez páginas y dejarte pensando durante días. O bueno… a veces te deja pensando, y otras te deja roncando (ahora verás por qué digo esto). Pero no se puede negar que sus cuentos exploran como nadie la experiencia femenina, con todo su revoltijo de deseo, culpa, dolor y otras cositas humanas que nos persiguen.
En este artículo te hablo de cuatro de sus relatos más potentes: Memorial, Accident, Nettles y Trespasses (en español: Despedida, Accidente, Ortigas y Deudas). Todos ellos tocan temas como el sexo, las pérdidas, las tragedias familiares y los secretos incómodos que uno guarda entre una cena de Navidad y otra. Vamos, lo que viene siendo la vida.
📚 Contenido del artículo
El contexto: una escritora sin pancartas pero con bisturí
Munro es canadiense, y empezó a escribir cuando el feminismo estaba cogiendo carrerilla en los años 60 y 70. Aunque ella nunca se apuntó oficialmente al club, sus cuentos diseccionan la vida de las mujeres con una precisión quirúrgica. Nada de fuegos artificiales ni discursos; Munro te lanza una escena cotidiana y, cuando te quieres dar cuenta, estás con un nudo en la garganta.
Muchos de sus cuentos beben de su propia vida: sus matrimonios, sus hijas, su eterna lucha por encontrar un hueco para escribir entre la plancha y el horno. Y ahí es donde está la magia: en que lo que cuenta parece sencillo, pero en realidad es una bomba emocional camuflada.
Historias clave (o cómo un funeral puede terminar en sexo)
1. Memorial: deseo, duelo y coches
Eileen va al funeral de su sobrino. Triste, ¿no? Pues sí… hasta que termina teniendo un encuentro sexual con el marido de su hermana. Munro no juzga, solo muestra. Y en medio del dolor aparece el deseo, como quien no quiere la cosa. El coche, ese escenario tan canadiense y cerrado, se convierte en el escenario del consuelo más inesperado.
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2. Accidente: la tragedia que te cambia el guion
Frances es profe de música y amante de Ted. Todo muy discreto hasta que muere el hijo de él en un accidente. ¿Y ahora qué? Pues ahora se casan. Lo que parecía una historia de pasión secreta se convierte en una especie de matrimonio post-traumático. Munro juega con la idea de que a veces el amor no es lo que une a las personas, sino la desgracia compartida.
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3. Ortigas: el pasado siempre vuelve… a picarte
Una mujer se reencuentra con Mike, su amigo de la infancia. Hasta ahí todo bien. Pero Mike le confiesa que mató accidentalmente a su hijo (sí, has leído bien). Las ortigas del título son el símbolo perfecto: recuerdos que pican, relaciones que duelen, barreras emocionales por todas partes.
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4. Deudas: secretos familiares y niñas que escuchan
Lauren es una niña que empieza a atar cabos tras la muerte de su hermana. Lo que descubre le cambia la forma de ver a su familia y a sí misma. Munro retrata esa mezcla entre inocencia y lucidez que solo tienen los niños cuando entienden más de lo que deberían. Un cuento sobre verdades a medias y silencios que pesan más que cualquier palabra.
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Temas recurrentes: sexo, muerte y maternidades incómodas
En sus cuentos, Munro no se corta. El deseo femenino no es un tema tabú, sino un motor narrativo. Las tragedias familiares no se tratan como drama de telenovela, sino como piezas del puzle emocional que conforma una vida. Sus personajes toman decisiones que a veces parecen raras, pero que siempre tienen sentido dentro de sus circunstancias.
¿Y por qué leerla hoy?
Porque Munro sigue doliendo igual que hace treinta años. Habla de la culpa, de lo que dejamos atrás, de las cosas que no se dicen. Y eso, amiga lectora (o lector curioso), no pasa de moda.
Mi experiencia leyendo a Munro (spoiler: no fue amor a primera vista)
Vale, te voy a contar la verdad.
Mi primer acercamiento a Alice Munro fue en 2018. Estaba en una librería de pueblo, de esas que huelen a madera y tiempo, y vi La vida de las mujeres. Pensé: “Este libro es para mí. Una joya feminista. Nobel. Emoción. ¡Vamos allá!”.
Spoiler: me aburrí como una ostra en meditación.
Era un libro denso, con descripciones que parecían salidas de un taller de escritura intensivo y un ritmo más lento que yo un lunes a las 7 de la mañana. Y claro, yo estaba trabajando mil horas, con la cabeza como una batidora sin tapa. Así que no conectamos. Me dormía, me frustraba, lo dejé por la mitad. Fin del romance.
Pero aquí está lo bonito: La vida de las mujeres sigue en mi estantería. No lo he regalado ni vendido ni escondido. Está ahí, como diciendo “cuando estés lista, hablamos”. Y quizás algún día lo esté. Porque entiendo que Munro es enorme. Lo es. Pero no todos los libros son para todos los momentos, ni todos los autores tienen que gustarnos a la primera.
En resumen
Si te gustan los relatos que rascan debajo de la superficie, que no te dan todo masticado, que huelen a lluvia y suenan a recuerdos, Munro es tu mujer. Y si no… tampoco pasa nada. Hay vida más allá del Premio Nobel.
¿Te ha pasado algo parecido con algún autor consagrado? ¿Has odiado un libro que el resto del mundo adora? Te leo en los comentarios. 👀📚
Fuentes
Lucio-Villegas Spillard, Iris. «Female Pleasure and Car Accidents: Signifying Alice Munro’s Middle Stories.» Critique: Studies in Contemporary Fiction, vol. 65, no. 1, 2024, pp. 177-187. DOI: https://doi.org/10.1080/00111619.2022.2157237.

Soy Nayat, y aquí mezclo sin pudor mis obsesiones literarias: desde artículos bien pensados sobre literatura “seria” (con comillas, porque a veces se pasa de intensa) hasta mis series favoritas del momento. Todo, por supuesto, bien ordenado en listas —porque nada me da más paz mental que ver los libros colocaditos en su sitio. También vas a encontrar recursos gratuitos, recomendaciones y alguna que otra joya inesperada. Bienvenida a este rincón donde el caos literario se convierte en puro disfrute. Puedes saber más sobre mí aquí.