Vale, hablemos claro: Como la sombra que se va no es el típico libro para leer en la tumbona con un mojito. Es denso, sí. Tiene capas, sí. Pero también es una experiencia que te atrapa si te va ese tipo de literatura que no solo te cuenta una historia… sino que te hace pensar en cómo se cuentan las historias. Antonio Muñoz Molina no escribe una novela: te abre la cabeza, te mete dentro y te deja dando vueltas entre pasado, presente y el making of de su propio proceso creativo. Y todo esto, con Lisboa de fondo (que siempre suma puntos).
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📚 Contenido del artículo
- 🧩 Narrativa a lo bestia: técnica, estructura y cero miedo a lo complicado
- 🛠️ El desmontaje textual: cuando el libro es un puzle sin tapa de la caja
- 🔺 Organización triangular: tres historias y ninguna va sola
- 🤐 Diálogos directos, los justitos (spoiler: casi ninguno)
- 💬 Opinión personal: No es un libro fácil. Pero tampoco es un libro que se olvide.
- ❓Preguntas que te podrías estar haciendo mientras lees este tocho:
🧩 Narrativa a lo bestia: técnica, estructura y cero miedo a lo complicado
Este señor no viene a jugar. En lugar de soltarte una historia lineal y tranquilita, Muñoz Molina se lanza a lo grande: mezcla ficción, autoficción y metaficción en una especie de triángulo literario donde todo se refleja en todo, y tú —lector o lectora inocente— tienes que ir juntando las piezas como si fueras parte del proceso. No hay estructura típica. No hay diálogos facilones. Aquí lo que hay es pura narración reflexiva, mucha introspección y un narrador que está tan metido en lo que cuenta, que casi puedes oírlo dudar, corregirse y pensarse en voz alta.
🛠️ El desmontaje textual: cuando el libro es un puzle sin tapa de la caja
Una de las cosas más locas (y geniales) de esta novela es cómo rompe la estructura típica de «inicio-nudo-desenlace». Aquí todo está mezclado: la historia del asesino de Martin Luther King, la visita del joven Muñoz Molina a Lisboa en los 80, y el Antonio escritor que mira hacia atrás y se pregunta por qué demonios necesita contar esto. Todo está flotando, como en una especie de nube narrativa donde el tiempo no va en línea recta, sino en espiral. Leerlo es como armar un puzle que cambia de forma mientras lo haces. ¿Agotador? Un poco. ¿Satisfactorio? Muchísimo.
🔺 Organización triangular: tres historias y ninguna va sola
Esta novela se sostiene sobre tres patas como una mesa coja que milagrosamente no se cae:
- La investigación de James Earl Ray, el asesino en fuga.
- El propio Muñoz Molina en los años 80, buscando inspiración en Lisboa.
- El Muñoz Molina actual, que lo narra todo mientras intenta entender por qué lo narra.
Es como una novela, dentro de otra novela, dentro de un autor en crisis existencial. Una matrioshka narrativa con jet lag literario.
🤐 Diálogos directos, los justitos (spoiler: casi ninguno)
Aquí no hay personajes lanzándose frases chispeantes como en una comedia de Netflix. Nada de eso. Muñoz Molina apuesta por el monólogo interno, la reflexión, el fluir mental. Todo pasa por el filtro del narrador, que lo mastica y te lo da ya medio digerido. ¿El resultado? Una lectura intensa, pero también íntima, como si entraras en la cabeza del autor y te quedaras allí escuchando sus pensamientos con una copa de vino en la mano (y algo de ansiedad creativa, por supuesto).
💬 Opinión personal: No es un libro fácil. Pero tampoco es un libro que se olvide.
Hay novelas que te hacen pasar un buen rato. Y luego están las que se te quedan pegadas al cerebro, que te obligan a parar, subrayar, volver atrás, pensar. Como la sombra que se va es de estas últimas. No es para todos los días, ni para todos los públicos, pero si te mola la literatura que se cuestiona a sí misma, que juega con la memoria, el tiempo y la escritura, este libro te va a dar mucho que saborear.
Además, Lisboa aparece como ese personaje silencioso pero presente, que une los tres tiempos y los tres “yoes” del autor. Un paisaje, sí, pero también un estado mental.
❓Preguntas que te podrías estar haciendo mientras lees este tocho:
¿Es novela histórica, autobiográfica o qué?
Sí. Y no. Y también. Es una novela que mezcla elementos reales con recuerdos del autor, con ficción reconstruida. Digamos que es una autoficción con alma de ensayo narrativo. No te preocupes, no hay que etiquetarla, solo disfrutarla con la mente abierta.
¿Necesito saber mucho sobre el asesinato de Martin Luther King?
No, pero te vas a obsesionar un poco con el caso. Y con Lisboa. Y con cómo narices puede un asesino fugado cruzarse con el destino literario de un autor español décadas después.
¿Me voy a perder?
Probablemente. Pero no pasa nada. Es parte del viaje. Este libro no se trata de llegar a un punto claro, sino de recorrer el proceso de narrar, recordar y entender. Es como meterte en una espiral elegante de lenguaje y obsesión.
Fuente del análisis y de parte de este desvarío literario:
José R. Valles Calatrava, Técnicas narrativas y organización de la ficción, la autoficción y la metaficción en «Como la sombra que se va» de Antonio Muñoz Molina, Universidad de Almería, Revista de Literatura, 2022.

Soy Nayat, y aquí mezclo sin pudor mis obsesiones literarias: desde artículos bien pensados sobre literatura “seria” (con comillas, porque a veces se pasa de intensa) hasta mis series favoritas del momento. Todo, por supuesto, bien ordenado en listas —porque nada me da más paz mental que ver los libros colocaditos en su sitio. También vas a encontrar recursos gratuitos, recomendaciones y alguna que otra joya inesperada. Bienvenida a este rincón donde el caos literario se convierte en puro disfrute. Puedes saber más sobre mí aquí.