O cómo escribir como un pro sin sonar como un manual de autoayuda
Si alguien puede darte consejos sobre cómo escribir y mantenerte pegada a la silla como si estuvieras viendo un crimen en directo, ese es Stephen King. El tipo no solo ha escrito más libros que años llevas tú (y yo) sobre la Tierra, sino que lo ha hecho sin perder la voz propia ni la capacidad de asustarte con una alcantarilla y un payaso.
En Mientras escribo, King se quita el disfraz de autor bestseller y se pone el de colega sabio que te dice: “Escribe bien, pero no te pongas pesado, por favor”. Y lo dice con ejemplos, con humor, y con una claridad que da gusto. Este resumen es tu acceso VIP a sus claves narrativas, pero en versión sin corbata.
El lenguaje sencillo: el nuevo negro
King no va con florituras. Él te dice: escribe claro, sin palabras de domingo ni adornos innecesarios. Porque si el lector tiene que releer una frase tres veces para entenderla, ya lo perdiste (y se fue a ver Netflix). La idea es que tu prosa sea una ventana abierta, no una vidriera barroca.
Así que sí: menos es más. Y no, escribir sencillo no es escribir tonto. Es escribir limpio, como quien deja el camino despejado para que lo importante —la historia— brille sola.
“Mostrar, no decir” (o cómo no ser ese amigo que lo explica todo)
Aquí King saca el látigo (metafórico) contra los adverbios en plan “dijo tristemente”, “respondió airadamente”, “murmuró misteriosamente”. Su consejo: si el diálogo está bien escrito, el lector ya va a notar si alguien está triste, enfadado o tramando algo oscuro.
Es como si te dijeran: “Confía en tu lector, no necesita que le expliques cada emoción como si fuera un robot sin empatía”. Y tiene razón. Mostrar es más elegante, más poderoso y mucho menos aburrido.
Voz activa: la vitamina C de la escritura
King ama la voz activa porque da energía. No es lo mismo decir “El informe fue escrito por Marta” que “Marta escribió el informe”. Uno suena a oficina en hora de la siesta; el otro tiene ritmo, dirección, fuerza.
La voz activa te pone al mando de tu frase. Y eso, cuando estás construyendo mundos enteros con palabras, es bastante útil. Así que ya sabes: fuera pasivas —a no ser que lo hagas a propósito, claro. Porque una regla sin una excepción es como un thriller sin giros.
¿Y él predica con el ejemplo?
Spoiler: sí, en su mayoría. Un estudio de Hye-Knudsen, Kristensen-McLachlan y Clasen (tres investigadores que suenan como un grupo de pop experimental danés) analizó los textos de King con lupa digital. Confirmaron que el maestro suele seguir sus propios mandamientos, aunque —y esto es importante— no lo hace de forma rígida.
Porque, como todo escritor que se respeta, King sabe cuándo romper sus propias reglas. Porque la técnica sirve, pero si la historia pide otra cosa… la historia manda.
Entonces, ¿sus consejos son ley?
No. Son brújula. Funcionan, sí. Pero no son “copy-paste y ya tienes un bestseller”. La magia está en adaptar lo que dice a tu propia voz, estilo y universo. Sus consejos no son dogmas, son pistas. Caminos que puedes seguir, torcer, abandonar o reinterpretar. Lo importante, dice King, es escribir con pasión, autenticidad y sin miedo a equivocarte.
Más allá del manual de instrucciones
Lo mejor de todo esto es que King no escribe desde un pedestal. Te habla desde la trinchera, desde la silla frente al escritorio, con café frío al lado. Su sabiduría está curtida en páginas escritas, corregidas, tiradas a la basura y vueltas a escribir. Es práctica. Real. Cercana.
Y lo que este análisis confirma es que sí, sus consejos funcionan. Pero funcionan mejor cuando los haces tuyos. Porque al final, como King diría (y como tú sabes): el corazón de una buena historia no está en las reglas… está en cómo la cuentas.
Fuente original:
Marc Hye-Knudsen, Ross Deans Kristensen-McLachlan, Mathias Clasen.
“How Stephen King writes and why: Language, immersion, emotion”, Orbis Litterarum, 2023.

Soy Nayat, y aquí mezclo sin pudor mis obsesiones literarias: desde artículos bien pensados sobre literatura “seria” (con comillas, porque a veces se pasa de intensa) hasta mis series favoritas del momento. Todo, por supuesto, bien ordenado en listas —porque nada me da más paz mental que ver los libros colocaditos en su sitio. También vas a encontrar recursos gratuitos, recomendaciones y alguna que otra joya inesperada. Bienvenida a este rincón donde el caos literario se convierte en puro disfrute. Puedes saber más sobre mí aquí.
ÍNDICE
- O cómo escribir como un pro sin sonar como un manual de autoayuda
- El lenguaje sencillo: el nuevo negro
- “Mostrar, no decir” (o cómo no ser ese amigo que lo explica todo)
- Voz activa: la vitamina C de la escritura
- ¿Y él predica con el ejemplo?
- Entonces, ¿sus consejos son ley?
- Más allá del manual de instrucciones